¡¡¡Hola!!!
El embarazo de mamá está ya en la recta final. Un bebé que pasa de la semana 37 ya se considera que está perfectamente desarrollado y listo para vivir en nuestro mundo sin necesidad de pasar por la incubadora.
Mamá parece que tiene un melón o una calabaza dentro de su barriga, ¡porque está enorme! Ella ya se encuentra más pesada y cansada que en las semanas anteriores.
Además, en estas semanas, a mamá le han hecho la prueba del estreptococo y yo he pasado por un virus que es muy peligroso para las embarazadas. A continuación te cuento más.
La prueba del estreptococo
Entre la semana 35 y 37 se realiza la prueba del estreptococo, qué consiste en tomar una muestra de la vagina y del recto con un bastoncillo. La prueba es indolora y no implica ningún riesgo. Los resultados indican si la futura mamá es portadora del estreptococo del grupo B y que puede transmitir al bebé en el momento del nacimiento.
Si el resultado es negativo no hay que hacer nada ya que la mamá no tiene el estreptococo. Pero si la prueba sale positiva se necesita que se le administre un antibiótico durante el trabajo de parto para que el estreptococo se pueda contagiar al bebé.
Virus del megaloeritema o enfermedad de la bofetada
Hace unas semanas en el cole hubo una pasa de la quinta enfermedad, enfermedad de la bofetada, megaloeritema, eritema infeccioso o parvovirus B19, llámalo cómo quieras pero todo esos nombres son la misma enfermedad.
Este virus es frecuente en el inicio de la primavera y suele afectar a niños de entre 3y6 años, principalmente. Los síntomas que tuve al principio fueron:
- Fiebre no muy alta (mi máximo fue 37,4).
- Dolor de garganta
Durante este tiempo, es cuando el virus es más probable que se contagie. Mi mamá pensaba que se trataba de un simple catarro, pero a los días apareció el síntoma que confirmaba este virus:
- Exantema en las mejillas. Estas parece que han sido abofeteadas porque se vuelven rojas y a veces suele salir como un encaje rojo. Mirar mi foto.
Aquí fue donde mamá se dio cuenta de que no era un resfriado común e indagó por Internet hasta ver la existencia de esta enfermedad. Para un niño, este virus es pasajero y no da mayor complicación. Las mejillas no pican ni arden, solo que la rojez se puede ir hacia otras partes del cuerpo pero sin causar molestias. Estímulos como el sol y el calor hace que la erupción de vuelva más intensa o reaparezca.
El problema viene si la mamá embarazada no ha pasado el virus y se ha contagiado. Se estima que un 50% de los adultos han pasado la infección por este virus, pero la mayoría de ellos no lo recuerdan. El contagio se puede producir por contacto con secreciones infectadas procedentes de la nariz, la boca o la garganta, especialmente las gotitas que se expelen al toser y estornudar. También puede haber contagio por compartir vasos y cubiertos. Una vez infectado por el parvovirus B19, el individuo se hace inmune al mismo y, por lo general, no vuelve a tener esta enfermedad.
Mamá, en su visita a la matrona se lo comentó y le pidieron hacerse una analítica para ver si se había contagiado. Los resultados salieron negativos y tampoco tuvo ningún síntoma de la quinta enfermedad, así que seguramente lo habría pasado de pequeña.
Nuestra recomendación es que si la mamá tiene ya hijos, extreme precauciones cuando vea a su hijo o bebé enfermo, que no piense que un simple resfriado no es peligroso, porque igual se trata de un virus que puede llegar a ser mortal para el feto. Puede producirle anemia, hidropesía fetal o aborto espontáneo. Aunque la probabilidad es baja, el riesgo existe y que por prevenir que no sea.
Y nada más, seguimos contando días para conocer a Martín o Martina, ¡Qué poco queda!
Saludos,