Icono del sitio

Asúmelo, mamá

Esta tarde te hablo a ti mamá, quiero que me escuches por favor.

Asúmelo, no soy un robot ni una máquina que obedece órdenes.

Asume que soy un niño, que todavía no tengo tu experiencia, que tengo aprender de mis errores y no hacerte caso porque tú lo digas.

Asúmelo, mamá, cuando tú quieres que algo vaya bien, puede ser que yo lo estropeé, pero no es culpa mía, soy así, soy un niño.

Asume también que estoy aprendiendo y soy nuevo en todo. Sé que tú ya sabes cómo se abre una puerta o como se apaga un ordenador, pero yo no, y quiero hacerlo yo, sin prisa.

Asume que yo no tengo la prisa que tienes tú. Tú necesitas tener la habitación ordenada justo cuando lo acabo de desordenar todo porque estoy jugando, yo no. A mí no me importa recoger, pero lo haré cuando yo quiera porque no tengo prisa mamá.

Y reconoce que a veces todo esto te supera y te enfadas. Y sé que lo sabes, pero el día a día, el estrés o no sé qué es lo que tenéis los mayores en la cabeza os supera y os enfadáis, y a veces demasiado. Recordar que somos niños, que nos gusta experimentar, que no tenemos un piloto automático y que lo que quieres hacer ahora se puede hacer más tarde.

Reconoce que el otro día te enfadaste un poco conmigo y te pido perdón, pero a mí no me apetecía hacer aquellas fotos allí, en ese momento. Tú habías preparado una tarta muy rica, fuiste a comprar una vela muy chula, habías ido a buscar unos juguetes muy chulos para decorar el pastel y me habías puesto muy guapo, con mi gomina y todo. Pero yo no quise hacerme aquellas fotos. Para tí era muy importante, sé que querías hacerme las fotos de los dos años, pero como bien te  he dicho antes, no soy un robot, tengo mis sentimientos, mi carácter y mi forma de ser y sabes que cuando digo no, es no. Aunque me prometas que iremos a ver al «abu» o me pongas mi canción favorita, no es NO.

Pero aun así, te pido perdón con la condición de que asumas que soy un niño y estoy aprendiendo.

Gracias mamá.

Lucas.

Salir de la versión móvil