Buenos días, hoy quiero enseñaros mi frasco de la calma. Por si no lo conoces, es un bote con purpurina dentro que induce a la calma y a la reflexión. Inspirado en la filosofía Montessori (ya he hablado en varias ocasiones de ella, en la entrada de la torre de aprendizaje o la de mi habitación por ejemplo) , el frasco de la calma no es usado como castigo, si no como técnica para calmarse y pensar. Aquí puedes saber más sobre su utilidad:
http://www.revolucionmama.com/montessori-frasco-de-la-calma-ayuda-a-tranquilizar-ninos-con-estres/
Mi mamá me preparó uno y te voy a contar como lo hizo ella. ¡Es muy fácil!
Ingredientes:
- Un bote de plástico (mejor uno de plástico que cristal porque si se cae, no se romperá y os aseguro que ya ha pegado en el suelo unas cuantas veces jeje. Este es uno de café soluble).
- Agua caliente
- Pegamento líquido transparente.
- Purpurina.
- Colorante.
- Cinta adhesiva para sellar el frasco.
- Superglú o silicona caliente para sellar el frasco.
Preparación:
Añadir un poco más de la mitad del frasco con agua caliente (como en la foto anterior), el bote de pegamento transparente, tres gotas de colorante (mi mamá usó colorante alimentario azul) y la purpurina.
Cerrar el frasco, agitar bien y acabar de corregir el frasco: si está muy espeso poner más agua, si está muy líquido añadir más pegamento, si falta purpurina que está soso añadir más, si no tiene suficiente color poner unas gotas más de colorante. Otra opción es usar directamente purpurina líquida que ya tiene colorante, así no hará falta poner colorante extra.
Finalmente, sellar el bote con la cinta adhesiva para evitar pérdidas de agua, recubrir el tapón con el pegamento de contacto o con silicona caliente y cerrar fuerte.
Y aquí tenemos nuestro frasco de la calma, es precioso!!!
Os aseguro que es más bonito en persona que en foto!!! a veces veo a mis papás con mi frasco de la calma, y es que es muy lindo contemplarlo y que la mente reflexione………
Un saludo,
Lucas.